Aida Ayala
fue puesta en el banquillo mediático, las dudas nacieron en la
contratación a PIMP SA. Desde el radicalismo pusieron un
contrapeso para esa balanza mediática. Primero difundieron que la hija de
Domingo Peppo es beneficiaria de un departamento en las torres de Sarmiento; y
horas después difundieron un listado de beneficiarios, en el cual figura el
propio Domingo Peppo. Los techos adquiridos por el precandidato justicialista, corresponden
a un plano, más cercano a la objeción ética. El caso Aida-PIMP SA merece una
investigación judicial.
El cruce de
acusaciones entre los principales precandidatos a gobernador, genera interés periodístico,
y cada nueva persona que se informa (siempre y cuando no sea parte del sistema)
se indigna. La apatía se convierte en antipatía hacia la política. Para un
remisero que trabaja más de 12 horas por día, y no sabe si podrá llegar a fin
de mes; el asunto no es gracioso. Ni para el docente que debe pagar alquiler.
No es gracioso para nadie.
Ya se puede
adelantar que esas acusaciones no tendrán mayores consecuencias judiciales. No
soy pesimista, soy realista. La justicia chaqueña, salvo en el caso Pibernus,
no profundiza sus investigaciones, y muchos menos lleva a un dirigente al
banquillo.
Los
dirigentes políticos, previo aviso a la prensa, concurren con habitualidad a
los mostradores de los juzgados. Realizan una nueva denuncia que tendrá el
conocido resultado del olvido. Pocas denuncias llegan a instancias
definitorias, son las excepciones que confirman la regla.
No es difícil
imaginar una pila de papeles amarillentos, cubiertos con el polvo del tiempo, y
tan solo en la espera de una mano solidaria que, de vez en cuando, le pase
algún plumero. Del mostrador acusador al banquillo del acusado hay un trecho
eterno.
Las
denuncias que se realizan entre dirigentes políticos, son un entretenimiento
para los medios, y se disipan con el pasar de las semanas. Sería agotador,
proponernos a confeccionar un listado de denuncias. Existen ejemplos para todos
los gustos. Todos los días, se tiran con un expediente.
Las
acusaciones mutuas y la palabra corrupción, son materias primas de la
dialéctica dirigencial. Las condenas brillan por su ausencia.
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