Beatriz Sarlo, visualiza
nubes de aburrimiento en el horizonte. En Clarín, consideró que los principales
precandidatos presidenciales (Scioli, Macri, y Massa) "Son muy parecidos,
como si todos respondieran a un esquema. Son ideológicamente parecidos. No
marcan diferencia. No creo que vaya a ser un entusiasmo de masas en esta
elección. No hay mucho por el cual entusiasmarse".
¿Qué
te aburre? preguntó Jesús Quintero a su entrevistado, corrían los días
neoliberales del año 1991.
Charly
Garcia respondió: "Me aburre que mis pares no estén conectados. Cuando no
hay ambiente me aburro. Esta ciudad me encanta cuando hay periodo de creación,
y cuando hay cosas lindas que están
pasando. Ahora cuando salís a la calle, se siente una onda de
separación".
En
esos años, los poderes económicos concentrados rebosaban de felicidad. Pero Charly se aburría.
Beatriz
Sarlo, percibe la primera etapa de esa onda de separación que se expresa en la
falta de diferenciación ideológicas de los principales dirigentes, y en la
falta de entusiasmo del pueblo. El estado elige aliarse a las poderosas corporaciones,
y alejarse de su pueblo. Podría ser el
principio del aburrimiento. Ojalá que no.
El
modelo "sin diferencias ideológicas" no solo expulsa las creaciones artísticas,
y de ideas, sino también incluye la destrucción del empleo, de la educación, y
por consiguiente se rompen los tejidos sociales. Todo se fragmenta en las
calles. Es el costo de arreglar la grieta entre el estado y las corporaciones.
Hagamos
fuerzas para que Beatriz Sarlo no se aburra.
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